Dedicatoria

Dedicado a Luis Alberto Flores.

Hoy, de a caballo

en una pampa sin alambres

sigue guiando las manos y las leznas

de todos los que alguna vez

compartimos su generosa sabiduría.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El arte de confeccionar maneas, Luis Alberto Flores

"Esta pieza, infaltable para los jinetes criollos, exhibe la habilidad manual de los sogueros y, en algunos casos, es testimonio de trágicas historias de antaño.

La manea es una pieza fundamental en el equipo de todo jinete criollo y de quien lidia con yeguarizos, asnales y mulares. Sirve para inmobilizar, aunque no de una manera absoluta, ya que permite ligeros desplazamientos y aun tomar la carrera a los animales a los que le ha sido colocada.

En nuestro país se conocen distintos tipos, semejantes en sus medidas e iguales en su función, en los que el artesano soguero pone de manifiesto su ingenio, su habilidad y su gusto.

La cuna de este adminículo no es, como podríamos suponerlo, la Argentina ni ningún país de América, ya que la heredamos, en primera instancia, de los caballistas españoles, quienes la denominan maneota o maniota y se conoce y usa en otras naciones de Europa (en Inglaterra se llaman hobbles; en Francia, entrave, y en Alemania, fessel).

Manea confeccionada por Martín Gómez
En el norte de Africa y en Asia Menor, donde el camello constituye uno de los medios más corrientes para la movilidad, el transporte y la diversión, es frecuente hallar maneas que obedecen a un tipo que aquí llamamos de santero: son de hierro y provistas de un sistema de llave o cerrojo que torna difícil su apertura y, por consiguiente, el robo del animal así sujetado.

Para la confección de una manea, el criollo tiene en cuenta -especialmente si se trata de una pieza destinada a la rutina de trabajo- algunos detalles como el origen del cuero o, mejor dicho, qué parte de éste se debe utilizar, ya que no toda la cáscara del novillo (como se solía decir en antaño) presenta iguales condiciones de grosor y de resistencia al desgarro.

La parte preferida del cuero para confeccionar una manea es la de la porción anterior del animal, especialmente la cabeza y, de ella, la parte correspondiente a las quijadas, la que circunda las astas y la del cuello (porque el material es grueso, de fibras entrecruzadas y dificultosamente se raja en la porción donde se ha practicado el ojal).

Es necesario recordar que una manea está formada por dos presillas (anillos) unidos entre sí por una argolla metálica o por un trozo del mismo cuero que las forma, provistas de un ojal y de un botón. 
Cada uno de estos anillos se abrocha alrededor de las cañas o de las cuartillas "pichicos" de las patas o de las manos del animal, manteniendo los miembros una separación normal.

Finalidad y características

¿Qué ventaja se obtiene al manear? Pues que el animal no se moverá, o lo hará con breves desplazamientos; se evitará, asimismo, que patée o manotée si se trata de un chúcaro, de uno de mala índole o de alguno en procesamiento.

Una manea debe responder a las siguientes medidas: en cada anillo, cerrado, debe caber cómodamente un puño y entre el nacimiento de uno y otro pescuezo de los respectivos botones debe haber una separación igual al ancho de una mano.
En otras palabras, una manea abrochada debe tener una longitud igual al ancho de tres manos, tomado a la altura de los nudillos. Por supuesto que esta medida varía según el tamaño de las manos del artesano.

Las maneas se confeccionan con cuero (las hay de vacuno, de yeguarizo, de porcino, de anta, de ciervo, etcétera) como así también con cerda, con lana, etcétera. Las de lujo suelen ser de pura plata, con adornos (argollas, pasadores y bombas) de ese metal o de alpaca, a los que suele agregarse pequeñas dosis de oro.

A estos materiales debo añadir la piel humana. Sí, la piel del indio o del cristiano vencido en la lucha, en la llamada guerra del malón o en los combates intestinos entre fuerzas que pertenecían a distintos sectores políticos o partidarios.

De la tira de piel que a lo largo de la columna vertebral se extiende hacia abajo desde la nuca, se hicieron con suma frecuencia azoteras para rebenques y anillos para maneas.
Del número 126 de la revista Todo es Historia, extraigo: "El capitán García, oficial del Estado Mayor de (Manuel) Oribe, ha dejado un diario, que se conserva en el Archivo Nacional de Montevideo donde se consigna la cruel ejecución de (Marco) Avellaneda..."

El histórico relato dice: "Un tal Bernardino Oliden, capitán allegado al general Oribe y uno de los hombres más feroces y carniceros, sacó el cuchillo y observando la blancura y delicado cutis de Avellaneda dijo: "De este cuero quiero una manea", y dando un tajo a lo largo del cuerpo del decapitado señaló la piel haciendo correr por el lomo lentamente el cuchillo; el cadáver se enderezó nuevamente (ya lo había hecho apenas se le separó la cabeza) apoyado en las palmas de las manos y hasta donde le es posible a un hombre vivo levantarse en esa actitud... finalmente Oliden corrió nuevamente el cuchillo y sacó la lonja para la manea... La manea fue sobada, le colocó una argolla de plata e hizo presente de ella al general Oribe y no aceptándola éste le mandó conservarla mucho aplaudiendo esta idea".

Debo decir que existen otros tipos de maneas (traba, rodadora, de collera, de seno...) y que también se denomina así a ciertas ataduras que se ponen en práctica, no ya con la pieza de la que me he ocupado sino con el maneador o cabresto largo. De estas maneas se conocen distintas variantes, siendo las más comunes la redonda, la redonda trabada, la del ocho, la pie de amigo, la de capar y otras diversas. Con éstas sí se logra una inmovilidad mucho mayor".

Por Luis Alberto Flores*

*Nota perteneciente a las memorias del Autor de la misma.
Las fotografías pertenecen al autor © Daniel Güidale